4 mar 2008

La Perra del Subte

Que buena onda que exista este blog, porque realmente siempre veo gente que es digna de ser posteada y necesito contárselo a alguien. El destino obviamente quiere que estos personajes sean inmortalizados en esta bitácora.
Pasando a los hechos, ahora que comencé la facultad (seh, comencé ayer la facu) cuando vuelvo del laburo, me bajo del bondi y me tomo el subte a la facu derecho. Así que como ven, tengo muchas más opciones para ver personajes.
Hoy yendo para la facu, en la estación Carlos Gardel sube una mina que estaba mas buena que abrir la heladera a las 7 de la mañana cuando llegás del boliche y que estén las porciones de pizza que sobraron de la cena. Estaba escuchando música en su mp3 y asumo música muy porno, porque apenas entró empezó a bailar de una manera que podría catalogarse tranquilamente de muy lasciva. Se movia medio árabe a veces, medio brasilero otras. Una cosa que a cualquier vago que esté en el mismo vagón le daban ganas de arrodillarse y agradecer a la divina providencia el hecho de haber nacido hombre. La mina por ahí tiraba unos movimientos de caderas trabándola de a poco, como un segundero de esos relojes grandotes, increíble. Se movía más que una fuente de gelatina sobre un sillón masajeador en medio de un terremoto.
Cuando por un momento pude mover la mirada hacia otro lado, me encontré con lo más gracioso de la situación. TODOS, y repito, TODOS, los hombres en el vagón e incluso de otros vagones, estaban completamente anonadados mirando con cara atónita los movimientos de la mina. Tenían la cara como si de repente hubiera aparecido de la nada un duendecito verde en el aire, se hubiera agarrado los huevos al grito de "Viva Perón Carajo!" y se hubiera ido volando después de afanarse todas las billeteras.
Fue un espectaculo que habrá durado unas 5 estaciones más o menos, pero que para todos en ese vagón, todavía "dura".

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