Cada uno tiene sus manías locas, como decía Serrat, cada loco con su tema. Hay cosas que a mi me pueden parecer un poquito molestas pero nada del otro mundo y para vos son causa totalmente válida de un triple homicidio.
En mi caso, por ejemplo, no soporto que la gente coma con la boca abierta. Simplemente no lo soporto. Para algunos eso puede ser signo de mala educación, algunos se sorprenderán, pero yo, yo no aguanto ni un sólo segundito el ruido ese horrible de bóvido rumiante que hace la gente que no sabe que para masticar, no solo queda más educado cerrar la boca, sino también permite que no se escapen sonidos molestos y algún que otro pedazo de lo que sea que estén engullendo. No sé si es una moda o qué, pero ultimamente me canso de ver gente comiendo chicle con la boca mas abierta que la Suller en el vestuario de San Lorenzo. Y no puede ser más insoportable, yo no sé si piensan que son
cool o qué, pero si fuera por mí, les pondría un bozal y los obligaría a ver todos los programas en los que apareciera
Eugenia de Chikoff. Tengo en la cabeza un prototipo de persona que come el chicle con la boca abierta, me la imagino mujer, pelo rubio teñidísimo, unas gafas ochentosas pero de las de $3 que te comprás en alguna estación de tren perdida, hablando por celular, con ropa de colores chillones y un jean demasiado apretado. No me pregunten por qué.
Otra manía loca que tengo es que no me atiendan el celular. No sé por qué razón uno tendría celular si no es para tenerlo consigo todo el día, esa es la idea, esa es la función primordial del celular, poder encontrarte estés en donde estés. Para qué vas a tener un celular si no lo vas a atender? En todo caso dejalo apagado en tu casa y listo, así no me seco la mente llamando y dejándote mensajes de voz que probablemente nunca escuches.
Me molesta demasiado la gente que cuando le preguntás cuántos años tiene, en vez de decirte la edad nomás, te dice una cosa así "23 para 24" o "Tengo 23 pero casi 24" o directamente "Casi 24". A ver, no somos boludos, sabemos claramente que después del 23 viene el 24, por lo que eso es obvio y no hay ninguna necesidad de aclararlo. No me gusta ser tratado como una de las Rikitas. Y si tu intención era simplemente aclarar que tu cumpleaños está cerca, ni te calientes, tengo memoria de maní, por lo que seguramente no me voy a acordar (a menos que el elefante me haga acordar,
que ese sí se acuerda de todo).
Por alguna razón que desconozco, desconfío de todo hombre que use campera de jean. Es raro, pero si veo uno de esos viejos con una campera de jean inmediatamente me imagino que son unos violadores, chantas y secuestradores viles.
Con el pucho tengo muchas locuras, desde las clásicas como que cuando tomo un café o una birra tengo que fumar uno, o fumar uno después de comer. Pero hay veces que ya te acostumbrás a que en determinadas ocasiones tengas que prenderte uno. Yo, cuando bajo del bondi y camino las tres cuadras hasta el laburo es vital que me prenda un pucho, andá a saber por qué, como así también tengo que prenderme uno sí o sí cuando salgo de la facu o cuando hablo con una mina que me interesa por teléfono.
En fin, cada uno se come sus propios viajes, yo tengo para hacer dulce de locuras, pero ahora como que ni da escribirlas todas, porque ya ni siquiera que son graciosas. Pero bue, completenlo ustedes, si es que tienen ganas de comentar. No estoy en mis mejores momentos.