15 jul 2008

Senilidad automática

Dentro de los muchos personajes que me molestan, existen unos que hacen que una actividad molesta se transforme en una cena con Silvio Soldán... en bolas y aceitado.
Desde siempre a cualquier persona normal le molestó el hecho de tener que hacer trámites, y más aún, que te hagan esperar, pasarla mal, cagarte de calor y ENCIMA les pagues. Pero por suerte, a alguien se le prendió la lamparita y decidió inventar los cajeros automáticos, "listo!" dijimos todos, vamos, 5 min, y podemos hacer lo mismo que haríamos en cualquier ventanilla pero mucho más rápido!
Pero realmente ustedes pensaban que "SeNiL" el Dios de la molestia iba a dejarnos vivir en paz y hacer nuestros trámites en 5 min? JAMAS! Por eso decidió inventar a los/as ancianos/as que creen que la mueven en los cajeros automáticos. Son los mismos que se quejan de la tecnología, que no entienden nada, que la gente ahora anda loca por la vida con esos pichicuicuitos tecnológicos con lucecitas y pelotudeces que no sirven para nada, ya que ellos se las arreglaban bien antes que todo eso exista, es más, antes de que siquiera exista el que los inventó.
Es una situación bastante común. Vas al banco porque supongamos que querés sacar algo de guita, te ponés en la cola del cajero (no muy larga, ponele que hay 4 personas adelante tuyo), boludeás, hacés tiempo mirando alguna que otra cajera que llegás a ver adentro del banco, mirás al techo, te ponés a ver como está vestida la gente, la cara de cada uno, te reís de más de la mitad (exáctamente de un 62,35% de las personas te reís), hasta que de repente caés de nuevo en la realidad y te das cuenta que falta uno nomás y ya estás, pero resulta que el que estaba adelante tuyo no era una persona norma, oh no señor, es ella, lo notás en su exceso de maquillaje y su falta de movilidad en el poco pelo batido, estás frente a un especimen de esos, pero aún te quedan dudas, nadie sabe cuando uno se puede rebelar y de repente, respetar al resto de la sociedad. Entonces pasa, y empieza a mirar detenidamente el cajero, sin saber donde meter la tarjeta, intenta meterla en la ranura por donde salen los tickets, ve que no entra, la mete donde van los sobres, casi se le escapa, no entra, bien, encuentra la ranura de la tarjeta justo cuando decide ver el terrible cartel que dice "Inserte su tarjeta ACÁ", dice "Ahhhh jo jo jo" con esa risa pausada de quien tiene pulmones de mas de 80 años, e inserta su tarjeta... al revés, el cajero se la devuelve, la inserta de nuevo al revés, se la devuelve, y así unas 6 o 7 veces, hasta que ve la fotito abajo del cartel que había visto previamente y se da cuenta, la da vuelta, mete la tarjeta y ahí es realmente cuando se va todo a la mierda. De más está decir que entiende menos del funcionamiento del cajero que las mellizas Xipolitakis de la Teoría Especial de la Relatividad o de jugar a las damas, que para ellas están en el mismo nivel de dificultad. Así que en este momento se pone a tocar cualquier cosa, no sin antes hacer como que lee acercando su cara tras 10 cm de puro anteojo durante aproximadamente 5 minutos por pantalla. Pasados unos 20 minutos y llegando la vieja a la conclusión que, de seguir así, tendría menos probabilidad de cumplir su objetivo que Ricky Maravilla intentando mostrar que queda algo de clase en su persona, llama a la cajera que ya sabía lo que se le venía, por lo que la acompaña a la vieja a la caja a hacer el trámite personalmente. Mientras tanto, te tocan el timbre de la carpa que te instalaste ahi (seh, es una carpa re copada y tiene timbre), te despertás de la siestita, metés tu tarjeta, sacás guita, desarmás la carpa y te vas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Debo salir en defensa de las ancianas ya que si bien me faltan algunos años creo que estoy bastante cerca. No solo la gente mayor se encuentra con estos problemas del avance de la civilización tipo cajeros automáticos, celulares que te cuentan los glóbulos rojos, reproductores de DVD que te traducen las películas a 25 idiomas incluido el arameo antiguo, programas de computación que te leen los textos en español de España, español latino, español "neutro" y argentino de la villa, y demás avances de la tecnología que en lugar de facilitarte la vida a veces te la complican, sino que también existen otros seres a quienes les cuesta manejar un cajero automático. Cuento mi experiencia aunque temo ir en cana, pero como soy muy macha la cuento igual:
Cajero automático del Banco Francés. Yo segunda en la fila, delante mío 2 caballeros uniformados de policía que por lo que escuché intentaan por primera vez extraer su sueldo de la máquina maldita. El diálogo fue el siguiente:
-Che, vos sabés cómo se usa esto?
-Ni idea, vamos a probar primero con poca guita a ver que pasa.
Uno de ellos mete su tarjeta, del lado correcto de pedo, escribe su código personal que lo leyó en un papelito y pulsa el botón de extracciones. El cajero le dice: "INGRESE UN MONTO MÚLTIPLO DE 10". Ambos policías se miraron con cara de "cuáles serán los múltiplos de 10?" pero claro, como yo estaba atrás no habrán querido pasar por brutos y mucho menos por pelotudos, asi que el tipo, como que la tenía clara, teclea...5...y confirma. Me retiré de la fila porque ya me imaginé que esto daba para buen rato y porque temía mearme de la risa en plena calle aunque en realidad internamente sabía que eso no era motivo de risa, más bien era para llorar.

Madame Mirita

Anónimo dijo...

La parte que describe la situación de la carpa suena a episodio de la pantera rosa