10 razones para no vivir en departamentos

Viviendo casi toda mi vida en Corrientes, siempre tuve la oportunidad de vivir en casa, desconocía lo que era vivir en un edificio hasta que decidí estudiar en la gran ciudad, y ahora estoy sufriendo las consecuencias. Casualmente, varias de estas razones no se dan debido al departamento propiamente dicho, sino a los especímenes que uno suele tener como vecinos. Así, sin más preámbulos, vayamos a las razones:

1) Principalmente, la mayor cagada de vivir en un departamento es que el resto de la gente vive muy cerca tuyo, así que si tu departamento es de los nuevos, de esos que tienen las paredes más finas que una modelo cocainómana de las pasarelas de Milán, entonces indefectiblemente vas a tener que saber controlar tu respiración, porque hasta el respirar fuerte se escucha dos pisos más abajo. Esta complicación te impide tu normal funcionamiento como persona, haciendo muy difícil poder escuchar música a volúmenes escuchables, poder cantar como Freddy Mercury en la ducha o zapatear al ritmo de un chamamé cuando pinta la nostalgia.


2) Empezamos con los personajes, y no podemos no mencionar a la clásica vieja chismosa. Este espécimen también aparece en barrios donde todos se conocen, pero es mayor y más conocida su accionar en los edificios. Si tenés suerte, te va a tocar sólo una, ahora, si estás más cagado que mi balcón, te va a tocar todo un cardumen de esta gente. Se van a juntar horas y horas en el hall del edificio a charlar sobre la vida del resto, quién tiene una nueva novia, quién se peleó el otro día, el hijo de tal se droga, el hijo de tal otra se casó y no invitó, y así ejercitando su lengua ponzoñosa.


3) El portero es una vieja más pero con la diferencia de que nació hombrecito.


4) Supongamos que vivís del piso 10 para arriba, es más, supongamos que vivís del piso 2 para arriba. Ahora imaginate que se rompió el ascensor. No, no es la peor de las pesadillas de la Tota Santillán, es la pura realidad. La otra vez estaban jugando a las escondidas entre las palomas, y un duende amigo de una de ellas le dijo que los engranajes del motor de los ascensores de mi edificio era el mejor de los escondites, la paloma fue y los ascensores no anduvieron por dos días (en realidad esa no fue la razón, pero la explicación que nos dieron era igual de satisfactoria). Bajar 9 pisos está bien, es molesto, pero subirlos... SUBIRLOS! Podés disfrazarlo de ejercicio que te hace bien todo lo que quieras, pero lastimosamente no es copado.


5) Cuando te quieras mudar a un edificio, a menos que sea a planta baja, te quiero ver subiendo todos los muebles y la heladera por la escalera. Ya sé, podés decirme "ayyy pero le tirás unos mangos al loco que te los trajo y te lo sube él!". Es verdad, lo hacen, pero ahora supongamos que sos estudiante. Ponele que estás en la última semana del mes y venís viviendo a arroz porque te gastaste la mayoría de la plata que tenías en salidas y fiesta. Ahora, sin plata, no te queda otra que ponerte la heladera al hombro y con la ayuda de alguien copado que se prenda, subirla hasta tu casa. Para algo existe el refrán "Más vale pájaro en mano que elefante al hombro". Ya saben, la próxima, quedense en una casa con el pájaro en la mano, es más satisfactorio.


6) Existe una clase de vecinos que es de las más molestas, estoy hablando de la pareja que decidió que lo mejor era vivir juntos, y lastimosamente, no pudieron con los problemas de la convivencia, entonces vos, que vivís atrás de las paredes finas, tenés que comerte día por medio sus discusiones de que la comida está horrible, de que ella entonces no va a cocinar más, pero mi vieja cocina mejor, pero vos sos un pelotudo, pero vos sos la loca, no se por qué carajo decidimos vivir juntos, entonces andate la puta madre, la puta sos vos carajo, no tu vieja es la puta, no! Y termina todo en un portazo y ahí es donde podés cerrar plácidamente los ojos y dormir (porque es clave que siempre van a pelear cuando te acostás a dormir, sino no es el mismo nivel de molestia).


7) En una casa podés tirar una fiesta con 20 personas tranquilamente. En un departamento estás más apretado que clavarte a Pulgarcito (siempre y cuando no vivas en las Le Parc).

8) Te gustan los animales? En una casa podés tener perros, gatos, lo que quieras. En un departamento si tenés un perro, tiene que ser necesariamente de un tamaño menor a una mesita de luz, sino te va a estar tirando todo constantemente. Un gato necesita andar saltando por los techos, pelotudeando por el barrio, necesita un patio en el cual hacer un pozo para cagar, etc. En un departamento el gato se aburre más que vos si te pusieran a hablar 5 horas con Lucho Avilés. Cualquiera de los dos te va a cagar indefectiblemente por toda el depto, eso sabelo.

9) Parrilla! Dios! Tener una parrilla! En el 98% de las casas hay parrilla, pero sólo en el 2,3% de los departamentos. De estos últimos, el 99,84% está en la terraza, hay que reservarla y tenés que comer entre la ropa colgada para secarse de los vecinos. Está todo bien, asado al horno qué se yo, pero loco, extraño el asado de verdad.

10) Hay veces que vos y tus vecinos tienen horarios distintos. Supongamos que vos laburás de 9 a 18 y tus vecinos de 17 a 24. Cuando los locos lleguen a las 12 de la noche, vos vas a escuchar su quilombo y no vas a poder dormir un choto. Cuando vos llegues, ellos van a escuchar tu quilombo y no van a dormir un choto. Y ni siquiera es hacer quilombo, dependiendo del piso y del tipo de zapato usado, el solo hecho de caminar ya es rompebolas, créanme. En el departamento que vivía antes, arriba mío vivía un tipo solo, que todas las noches traía un gato distinto, era más putero que la Hiena Barrios. Y cuando me tiraba a dormir, a los 15 minutos se escuchaban los tac tac tac de los tacos de los gatos que por ahí pasaban. Pero bue, así nomás es, hay que ser buen vecino no? Así cuando yo hago quilombo nadie me jode.