20 mar 2013

Animales del Manejo

Salvo la gente que come con la boca abierta o los grandes hijos de puta que creen que las 2 de la mañana es la hora perfecta para salir a mostrarle a todo el barrio lo fuerte que suena el escape de su moto vishera, pocas cosas me molestan más que la gente que no sabe manejar. El solo hecho de que esta gente exista hace de mi mundo, y el de cualquiera que sepa distinguir una palanca de cambios del culo de un oso, un lugar mucho peor y con más estrés que Lanata queriendo dejar el pucho.
Manejar en Buenos Aires debe estar ente las actividades más secadoras de mente del planeta solo superada por juntarte a tomar un café con Belen Francese y efectivamente escuchar lo que tiene para decir. Hay gente que maneja para el orto en todos lados, pero acá se le suma el hecho que de paso, son bien ventajas y unos tremendos hijos de puta, como el que hace que conoce a alguien para colarse en una fila.
De movida, para el 90% de la gente que tiene auto en esta ciudad, el guiño se utiliza únicamente para saber si las balizas funcionan por separado. Acá está más que claro que nosotros nos leemos la mente entre todos. Por supuesto que sabía que te ibas a tirar en mi carril sin siquiera frenar! Para algo nos enseñan telepatía en la primaria! Es más, voy a festejar este hermoso momento haciendo sonar mi bocina mientras agito mi brazo de modo canchístico* y le mando saludos a tu madre!
Y ni te cuento cuando te quedás atrás de algún tacho sin pasajeros. Los vagos van muy suave más lento que el tránsito intestinal de Georgina Barbarrosa hasta que algún mágico peatón les hace señas y ahí es donde viene otro de los flagelos de manejar acá: La gente cree que si ponés baliza, podés para en CUALQUIER lugar. No importa nada. Si no me creen, pasen por una escuela a la hora que salen los nenitos, las madres clavan baliza y meten tantas filas que tienen que abrir otro archivo de excel para entrar.
Ahora, cuando el tachero está apurado, olvidate, viene pisteando como un campeón y hace la clásica "te empiezo a tocar bocina desde que el semáforo del otro se pone en amarillo" cosa que no te duermas ni un ratito, todo milisegundo que se pueda ahorrar cuenta. Aunque hay que entender, cuando venís apurado, y el capo de adelante está en formato paseo de domingo pero NO ES DOMINGO, claramente rogás al cielo para que le llueva meo a través del aire acondicionado. Normalmente, siempre que me toca la mala leche de ponerme atrás de este tipo de conductores, tengo la vejiga más hinchada que pez globo con corticoides y me quedan más de 15 min para llegar a casa y/o cualquier otra cosa mas o menos parecida a un baño, y me pongo a pensar "que le llueva meo por el aire acondicionado a este hijo de puta" y me dan más ganas de mear y así se arma el círculo vicioso.
Lo mejor es cuando un visha se levanta un día y ve que le cortaron la luz porque no la pagó, entonces decide   juntar un par de locos más (dos o tres, más ya es lujo) y cortar alguna avenida importante para reclamar por su derecho a ver el fútbol para todos en el lcd que choripaneó en algún saqueo porque la plata que le da el gobierno "no alcanza para nada". Vos venís muy tranquilo como un boludo y gracias a estos locos tenés que desviarte y dar más vueltas que pedo de caracol para llegar a tu casa. tardás una hora más por lo menos, y encima la banda de sonido de estos encuentros son millones de bocinas sonando que son tan relajantes como laburar en un pelotero de nenitos con Red Bull.
Manejar acá definitivamente debería ser una actividad remunerada.

*Canchístico: Movimiento de un brazo como si estuvieras masturbando un gigante invisible.

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